«No quiero ser recordado por mis logros tenísticos, eso no es ninguna contribución para la sociedad. Eso fue puramente egoísta; eso fue para mí». Va a ser muy difícil hacerle caso a Arthur Ashe, ya que a la hora de repasar su vida es casi imposible obviar todo lo que hizo dentro del tenis. Su lucha contra la desigualdad de razas se dio en simultáneo con su carrera deportiva, mientras que la ayuda para con los que padecían SIDA tuvo más que ver con la enfermedad misma que él tenía, en el ocaso de su existencia.
Para hacerle un mínimo homenaje, vale cumplir su última voluntad: Arthur Ashe fue un gran luchador social y un detractor absoluto de la política de apartheid (hacer a un lado a las personas de raza negra) que estaba de moda en esa época. En 1969 Sudáfrica le negó la VISA, una acción que aumentó más la ebullición de su causa. Por sus diversas protestas, fue arrestado en dos ocasiones, en los años 1985 y 1992, respectivamente.
La salud no fue aliada de Ashe. En 1979 debió ser operado del corazón y hasta tuvo que abandonar el deporte. La primera cirugía no fue suficiente y tuvo que someterse a otra en 1983. Probablemente en las transfusiones de sangre de aquellas intervenciones, el estadounidense contrajo SIDA, enfermedad que le detectaron en 1988. No lo dio a conocer a la prensa hasta 1992.
Una vez que su delicado estado tomó trascendencia pública, Ashe se dedicó a ayudar a personas que padecían el mismo virus, fundando a dos meses de su muerte el Arthur Ashe Institute for Urban Health (dedicado a la atención de enfermos de HIV). «Days of Grace» -Días de gracia- fue el título de el libro que incluyó sus memorias, terminadas muy pocos días antes de morir. Falleció un 6 de febrero de 1993, hace 17 años.
Fuera de su vida comunitaria y solidaria, Arthur Ashe fue un tenista de elite que ganó tres títulos de Grand Slam en singles, sumando dos en dobles. Se adjudicó el US Open en 1968 (un año antes de pasar al profesionalismo), el Abierto de Australia en 1970 y Wimbledon en 1975, en una recordada final ante el mejor del mundo en ese entonces, su compatriota Jimmy Connors. Entre sus otros logros aparecen 30 títulos más, las ediciones de Copa Davis ganadas en 1968, 70 y 78; la creación de la Asociación de Tenistas Profesionales (fue uno de los pilares que ayudó a crear la ATP) y la fundación de la Liga Nacional Junior de Tenis de Estados Unidos.
Luego de su retiro, trabajó en la revista Time, en la cadena ABC Sports y fue capitán de Copa Davis. Tal vez le costó sobresalir por algo ajeno a él: nació en la misma época que unos nenes llamados Illie Nastase, Rod Laver, Jimmy Connors, Björn Borg, John McEnroe y Guillermo Vilas, entre otros. En 1985 ingresó merecidamente al Salón Internacional de la Fama. Como para que su nombre perdure en tiempo, el estadio principal de Flushing Meadows Park donde se juega el US Open se llama Arthur Ashe y es la cancha con mayor capacidad del mundo.